Encuentro de Juniorado 2012
Inserita il: 15/01/2012
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“Vida Consagrada, Vida Transfigurada”
Lema del encuentro de Juniorado 2012
Compartimos con ustedes la alegría del seguimiento a Jesús buen Pastor desde nuestro ser Pastorcitas. Nos encontramos en Bogotá, después de la Asamblea Post-Capitular en nuestra Delegación, con el compromiso de resignificar nuestra vida fraterna en compasión, conversión y comunión pastoral en medio de nuestros contemporáneos. Somos Hna. Nereida Díaz Blanco, quien se encuentra en preparación a sus votos perpetuos, Analiesis Leslie Rojas y María Alejandra Arcaya Guzmán.
Estuvimos reunidas del 10 al 12 de enero de 2012, en la casa sede, acompañadas por la atención y oración de nuestras Hermanas, quienes nos permitieron celebrar este encuentro. Agradecemos de antemano su cercanía y apoyo en facilitarnos este espacio de vivencia para nuestro camino formativo.
Convocadas por el Espíritu, fuimos introducidas en un ambiente de reflexión sobre nuestra vida religiosa, guiadas por el acompañamiento de la Hna. Nora Elena Herrera Castrillón, encargada de nuestra formación, en consonancia con lo que expone el documento Vita Consecrata de Juan Pablo II, sobre la Vida Consagrada y su misión en la Iglesia y en el mundo. Cada una de nosotras expuso uno de los capítulos que contiene este documento, y con este estudio redescubrimos la urgencia de la propuesta del ahora beato Juan Pablo II: «¡Ustedes no solamente tienen una historia gloriosa para recordar y contar, sino una gran historia que construir! Pongan los ojos en el futuro, hacia el que Espíritu los impulsa para seguir haciendo con ustedes grandes cosas» (VC nº 110).
Resuena en nuestro interior el hacer de Cristo el “TODO” de nuestra existencia, testimonio personal y comunitario, a elaborar nuevas respuestas a los nuevos problemas del mundo de hoy, a ver a Dios en todos las cosas, y todas las cosas en Dios, ser presencia aun para los no cristianos de Cristo casto, pobre, obediente, orante y misionero, a manifestar la unidad entre autoevangelización y testimonio, entre renovación interior y apostólica, entre ser y actuar. Dejarnos transfigurar por Cristo personal y comunitariamente, en un encuentro siempre más profundo con Él, manifestando el gozo de este encuentro en la misión a la cual somos enviadas, en los areópagos que el mundo contemporáneo, a la luz que el discernimiento nos indica.
Comprometidas en un sí renovado y continuo a Dios, que nos ha querido asociar en este camino de comprensión siempre más fecunda del misterio de la vida religiosa que vivimos en medio de ustedes, caminamos en comunión de oraciones.
Grupo de Juniorado