Misericordiosos como el Padre: Fiesta de Reducción
Inserita il: 18/05/2016
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Del 1 al 3 de mayo del corriente año, pudimos participar de las fiestas y la peregrinación Diocesana al Santuario del Santo Cristo, “Señor de la buena Muerte” de Villa de la Reducción (Córdoba), diócesis de Río IV.
Durante este triduo hemos podido testimoniar la fe viva del Pueblo de Dios, que peregrina, celebra, agradece y suplica, bendiciendo y glorificando al Señor por su infinita Misericordia.
Acompañamos el paso de 60.000 peregrinos que visitaron el Santuario, especialmente a través de la pastoral de la acogida a los peregrinos, la animación litúrgica (misas, procesiones, celebraciones penitenciales, adoraciones eucarísticas, etc.) y la pastoral de la escucha y el consuelo; asistiendo también a los pastores y a los servidores laicos que con alegría se disponían a compartir la fe con todo el pueblo de Dios peregrino.
Una experiencia compartida con Cooperadores Paulinos AGBP, que así relatan este triduo de gracia:
Ver tantos peregrinos a lo largo de los caminos con palo en mano para ayudar en las horas de caminata. Otros, escuchando música, otros, con rosarios en la mano, mas allá, otros a caballos y familias en sulky. Unos adelante y otros más atrás; pero todos en una misma dirección, al Santuario del Señor de la Buena Muerte.
Diferentes puntos de partida (Seminario Diocesano, Catedral, Universidad, puntos particulares, etc.); pero en comunión espiritual…más de 9 horas de camino a pie para muchos.
En ese camino que se iban dejando miserias humanas de todos los días, esa oración que se hacía con los pies y que se deshacían en lagrimas al llegar al Cristo, Ese que los esperaba con los brazos abiertos para demostrar el amor inmenso por cada uno, porque es así…ama en forma particular, ama tu historia, tu vida, tu camino, y por amor está ahí esperándote…
Escenas que se repetían una tras otra y que no parecía entender, medio helado por el frío de la madrugada pero el corazón desarmado en el calor de la fe. No entendía que era todo eso, hasta que una señora me dijo “Padre” y el escalofrió fue mayor, porque eso iban a buscar, mejor dicho a ESE iban a buscar.. al PADRE, el Buen Pastor, volvían a la casa del Padre…
En los rincones del templo en medio de frazadas se notaban cuerpos escondidos del frío; pero se veían dormir “acunados” porque la Santísima Virgen estaba ahí consolando el cansancio, amando en secreto y sanando corazones.
Misas, una tras de otra, en manos sacerdotales se elevaba Jesús Eucaristía, en palabras proclamadas y saboreadas por el pueblo, en largas colas en los confesionarios, manos en alto con rosarios, estampas y medallitas para ser bendecidas al terminar la misa. Y ahí estaba Jesús…entre sus ovejitas, entre sus hijos…
Con nuestro poncho blanco en un rincón por el frío (no sé qué imagen daríamos) pero se nos acercaban para hablar porque estaban ahí como peregrinos, nuestros oídos en atenta escucha y en nuestras manos rosarios desgranados rezando por ellos. Algunos en acción de gracias, otros pidiendo bendiciones…
En la interminable cola de peregrinos se podían ver manos en alto “tocando” las imágenes de los santos a lo largo del templo, ojos lagrimosos, manos rojas por el frío, rostros con la piel agrietada por el frío, pasos lentos por el cansancio; y cuando llegaban frente al Cristo, como podían (aún sin poder levantarse luego) se ponían de rodillas…y desde lo alto la mirada de amor del buen Cristo parecía ser un dialogo que sólo ellos entendían, pero, de amor, tengo la seguridad.
¡¡Qué experiencia de fe!! ¡Qué testimonios quedaron grabados en nuestros corazones… cuánta misericordia derramada, cuántos rostros alegres y consolados volvían por el camino de regreso, que sin duda es el mismo geográficamente, pero distinto el espíritu con el que se regresaba!
¡¡Gracias, Buen Pastor, gracias Señor de la Buena Muerte!!
Según el periódico Puntal (de la región de Río Cuarto), en estos 3 días dedicados al Santo Cristo, se estiman 60 mil peregrinos, gran parte de esa cifra fue el domingo 1° de mayo, siendo el Día del trabajador.
Hna. María de los Ángeles
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Martin
29/06/2016 | 04:30
Gracias Buen Pastor por ponernos en camino, ir al encuentro de nuestros hermanos.